Time to market: Hay más de una primera impresión.

Lo leerás en 4 minutos.

Has oído eso de you never get a second chance to make a first impression. La frase se atribuye en ocasiones a Coco Chanel (desconocía su pasado de colaboración con los Nazis) y también a Mark Twain, Oscar Wilde y Will Rogers.

Esa frase resume la sensación de que sólo tenemos una oportunidad para que lo que sea -nosotros mismos o nuestra iniciativa- cause una buena impresión, a menudo pasa por delante del hecho de que en realidad, tenemos tantos second chances como queramos. Sobretodo si nos tomamos la oportunidad como una sucesión de micro-oportunidades de ajustar la expectativa.

¿Qué es el first impression?

La primera impresión es el momento en el que una persona encuentra con algo o con alguien y se forma la imagen mental de ese algo.

Aquí viene la trampa: lo precisa que sea esa imagen depende no sólo de quién la crea y de quién la proyecta, sino también del entorno en el que ocurre.

¿Podemos trabajar ese entorno para dilatar el tiempo que dura la percepción de esa primera impresión?

Si crees que si, verás que puedes convertir esa primera impresión en una sucesión de pequeñas impresiones.

Ya tío, eres el capitán obvio. Pero no dejo de encontrarme con personas y de leer cosas que nos invitan a mantener una actitud de todo o nada y de primer disparo. A la mierda con eso.

¿Qué tiene que ver esto con el time to market?

Conocemos como time to market el tiempo que pasa desde que pensamos algo hasta que ese algo está disponible.

Un time to market menor puede suponer una peor primera impresión, pero también más exposición y más oportunidades de alargar esa primera impresión convirtiéndola en una sucesión de pequeñas segundas impresiones.

Y, cómo no, llegar antes en igualdad de condiciones supone tener más información.

Llegar antes… ¿de qué?

Antes de lo que podríamos hacerlo de haber tardado más. En general ser el primero o el más rápido no supone una ventaja clara. Pero antes nos da más información que después.

Ese acortar el time to market es una actitud. Marcar iteraciones cortas y rápidas de mejora evolutiva nos conduce al camino del feedback temprano. Lo que supone más resolución y eventualmente la eliminación de la visión a largo plazo. Lo que no tiene por qué ser malo.

Coco Chanel en la casita

Imagen del ratón en la casita de ĸalι♥ bajo licencia CC.

Llamadme loco. La visión a largo plazo puede convertirse en una trampa.

Vivimos en un entorno cada vez más cambiante donde algo absurdo puede correr como la pólvora y algo muy elaborado puede no tener la menor relevancia.

Mirar lejos puede hacer que perdamos visión de lo que está ocurriendo ahora. A menudo veremos que quizá lo que queríamos hacer no es lo que las personas a las que queríamos llegar esperan, o que simplemente no funciona como habíamos visto.

¿Que no? Coge toda la cantidad de tiempo que has dedicado a definir ese largo plazo e inviértelo en analizar e iterar sobre el corto plazo. Si consigues ser eficiente en esas pequeñas iteraciones, puedes olvidarte de la visión y centrarte en la misión.

Y sobretodo podrás cambiar el objetivo cuando veas que hay otra dirección que funciona más.

Me parece importante para evitar quedar atrapados dentro de la zona de confort que supone tener un modelo monolítico definido y tiempo por delante para que no se cumpla.

Obviar la visión no significa no tener objetivos. No se trata de ir a salto de mata…

Estaremos de acuerdo en que cualquier iniciativa tiene que estar definida y tener un objetivo desde el primer momento pero nunca debería ser algo rígido e inamovible.

El punto es que las más de las veces no necesitamos tener documentados planes B y C que podamos ejecutar en un plazo razonable dentro del periodo que nos hayamos marcado como máximo para continuar con la iniciativa. Se trata de estar abiertos a que esos planes B y C surjan y ser capaces de cabalgarlos cuando aparezcan.

Con plazos de tiempo pensados y midiendo bien las iteraciones, que nos habremos marcado en función del objetivo. El stick with it puede ser una tumba.

No vale ir a por todas con cualquier mierda a medio hacer para ver qué pasa e ir pivotando a lo loco. El plan es hacer un primer paso sólido identificado qué es realmente imprescindible. Y luego quedarnos de forma permanente en el mínimo producto viable, donde viable no es estático sino algo que varía en función del momento en el que estamos y del feedback que recibimos.

… ni a tiempo real.

Hacer cambios diarios o en base a los resultados sólo de ayer sin atender a la tendencia no tiene sentido. Al final, como siempre, se trata de encontrar un equilibrio entre pronto y funciona.

Apúntate al carro reducir el time to market. Te permitirá validar modelos, comportamientos y medir el nivel de interés que puede generar cualquier iniciativa.

Compartir Time to market: Hay más de una primera impresión.

TwitterWhatsAppLinkedInFacebookGoogle+Buffer

Dicen que las opiniones son como el agujero del culo. Que todos tenemos uno y creemos que el de los demás apesta. No sé cómo te olerá a ti, pero si te apetece dime qué piensas de
Time to market: Hay más de una primera impresión..